Docente universitario; ensayos de la vida cotidiana; con otra perspectiva de las cosas; en lenguaje sencillo, claro directo, respaldado por la experiencia de vida vinculado con la realidad del lector; temas sobre ética, psicología social, el amor, madurez, dignidad de la persona, filosofía de la vida. Correo: enrique.campang@gmail.com
jueves, 24 de noviembre de 2011
PARA COMPRENDER A CHINA EN EL MOMENTO ACTUAL
Enrique Campang Chang,
Guatemala, 2006, revisión 2011
Era mayo de 1981, hace 30 años, cuando empezamos un viaje con mi hermana Gloria de dos meses. En China, la "Banda de los Cuatro" con la viuda de Mao Zedong estaba sometida a juicio político; el legado de Mao se ponía en duda. Había pobreza y desorden en la economía
Deng Xiaoping se preparaba para realizar profundas transformaciones económicas para el país; en Junio fallecía Soon Chiling, viuda del fundador de la República China Dr. Sun Yat Sen y vicepresidenta del Partido Comunista Chino; en Beijing, fuimos invitados a su funeral y presentamos nuestros respetos en el Gran Salón del Pueblo. Era el inicio de grandes cambios.
Al llegar a Hong Kong, aun bajo dominio inglés, nos recibieron los tíos y primos que veíamos por primera vez. Luego los hermanos y hermanas de mi abuela paterna, entre cenas, paseos y sobrecitos de papel rojo con dinero o Laisi y reverencias a los altares de los antepasados; fuimos comprendiendo mejor a China y su dinámica actual.
Caminando por huertos, canales, bambú, arrozales, búfalos de agua, gansos y patos; criaderos de gusanos de seda y peces, fuimos presentándonos a nuestros parientes. Nos entendimos en el mismo dialecto Cantonés con poca dificultad. Nosotros nacimos en Guatemala.
Una pregunta inevitable me aclaró el panorama. A un mi tío que vivió bajo el régimen comunista, en las épocas más difíciles, le pregunté ¿cómo les afectó en más de 30 años de gobierno comunista? Su respuesta fue clara "querido sobrino, el país tiene 5,000 años de historia, en 30 años o 100, los chinos no dejan de ser chinos, no importa quién sea el emperador". Platicando entre comidas de fideos, tofu fermentado, huevos de 100 años, carpas con jengibre, medusas con chile estilo Sichuan y lychees; nos comentaron que Beijing desconfía de la democracia electoral occidental, el imperialismo, los partidos políticos, de Japón y de las sectas religiosas.
Históricamente, el fanatismo religioso ha causado profundas divisiones en el país, y se han prestado a la manipulación de las potencias extranjeras; por ello, el gobierno restringe la libertad religiosa en los grupos organizados en el exterior.
En el siglo XIX los Señores de la Guerra, terratenientes, líderes locales, debilitan al país para caer en La Guerra del Opio de 1856, cuando Inglaterra le obliga a comprar opio ante el excesivo superávit comercial; occidente le compraba seda, porcelana y te, mientras China le compraba muy poco a occidente.
Actualmente en 2011, el desequilibrio comercial que tiene con occidente es enorme, semejante a los años previos a la guerra. Inglaterra y sus aliados recurren al tráfico de la droga, con el fin de recuperar sus reservas en plata que tenía China; y las introducen usando la estructura del comercio de té de India, Ceilán (Sri Lanka) y Afganistán.
La jerarquía política actual aprende la lección de los tratados desiguales en que tuvo que ceder Hong Kong y otros territorios a Inglaterra y privilegios a Francia, Alemania y Estados Unidos en Shanghai. Existe una sólida conciencia de no permitir que la humillación por la Guerra del Opio se repita.
El abrir el paso a un sistema multipartidista, en un país tan complejo, seria terminar con la frágil unidad nacional. El gobierno no se arriesga a la aventura de una democracia electoral donde sospechan que se pueden infiltrar los viejos males. Se considera que un proceso eleccionario haría más mal que bien por el alto costo y los intereses ocultos entre los partidos
La complejidad multicultural del país se refleja en los billetes Yuan que tiene caracteres en chino, mongol, tibetano, uigur, chuan y árabe, además de la escritura pinyin.
La justificación para el sistema actual de gobierno, bajo la dirección un solo partido, el Partido Comunista Chino; es que es el único capaz de mantener unido al país. Los debates de interés nacional se deben realizar en su seno, sin ser rehén del resultado electoral, basado en financiamiento, concursos de popularidad y publicidad. Las elecciones entre partidos romperían con la continuidad del proyecto o se prestaría a peligrosas oscilaciones en su rumbo.
El registro histórico con más de 5,000 años de continuidad, es una ventaja; ya que son miles de años de lecciones, errores y soluciones; que las nuevas generaciones van aprendiendo. Son soluciones en la alimentación, agricultura, medicina, filosofía, cultura, educación, artes, política y productividad.
Cuando regresé en octubre de 1997, Hong Kong ya estaba bajo control chino; con la doctrina de "un solo país, dos sistemas". Existía un sentimiento de orgullo nacional por la reunificación de Hong Kong y Macau; quedando pendiente la cuestión de Taiwán.
En 1997 fallece Deng Xiaoping, que deja sus revolucionarias reformas económicas. Su proclama de que "no importa si el gato es blanco o negro, mientras atrape ratones", define que puede existir un gobierno político comunista, sin importar el régimen económico, siempre que este sea eficiente. Y que ser ricos es glorioso, en que afirma que el socialismo no riñe con la prosperidad. Impulsa las cuatro modernizaciones en la economía, agricultura, ciencia - tecnología y defensa.
En los años 80s miles de jóvenes son enviados a estudiar al extranjero, que al retornar forman los nuevos cuadros administrativos del país; se invita a los inmigrantes a invertir en empresas; se trata de reducir las tensiones con Taiwán. Este año se celebra el centenario de la República que derrocó al régimen imperial, encabezado por Sun Yat Sen en 1911.
Termina la construcción de la mayor represa del mundo, la hidroeléctrica de "Las Tres Gargantas" en el río Yangtze. El precio al ambiente y humano es alto. Su creciente consumo de acero, petróleo y materias primas, altera los precios internacionales. Su talón de Aquiles es el deterioro ambiental. En nombre del progreso se cometen graves atropellos contra la población obligándolos a trasladarse a otra parte.
La contaminación del aire, las aguas y la deforestación es grave; los gobernantes la justifican como el precio por el desarrollo económico. La familia se ve sometida a fuertes presiones de poder tener un solo hijo. El aborto y el infanticidio femenino son prácticas comunes. Las desigualdades sociales se polarizan.
Se está tomando un rumbo hacia el modelo de Confucio, con el respeto a la autoridad del Estado (emperador o padres), el valor de la familia, el estudio, el trabajo, el bien mutuo, la sabiduría y honestidad de los funcionarios públicos. La corrupción es una de las grandes preocupaciones.
En lo económico se separa del Marxismo clásico y adopta el Liberalismo y la economía social de mercado; en lo político se mantiene Leninista, bajo la dictadura del Partido Comunista, sin elecciones al estilo occidental. El control social se mantiene férreo. El partido representa el único foro de discusión de los intereses nacionales que excluye las posturas sectarias particulares oportunistas.
Se puede afirmar que China es una curiosa combinación que denomino capitalismo leninista, es un capitalismo del Estado, dejo de ser marxista en lo económico, en cambio Cuba sigue siendo marxista leninista, el exilio cubano sigue enemistado; y economía está en crisis porque la solución productiva socialista ha perdido efectividad.
El socialismo de otros países se diferencia del modelo chino por la influencia de Deng Xiaoping, los valores morales de Confucio, Lao Tse y las estrategias político militares de Sun Tzu.
La ortodoxia ideológica, o talvez la necedad política, no cabe en estos momentos; las ideas del siglo pasado ya no se pueden tomar al pie de la letra. Los textos clásicos de Adam Smith, Von Mises y Mao Zedong, pierden vigencia; la creatividad basada en la realidad es la que se impone.
Mientras otras potencias del pasado como Inglaterra, Francia, España o Estados Unidos optaron por la expansión militar o las guerras coloniales, China se inclina por la cooperación económica, y no intenta tocar las bases culturales y políticas de otros países.
Hoy la economía occidental está en severa crisis, paga más intereses por la deuda; el consumidor está siendo exprimido al límite; China devenga intereses por el ahorro, lo que le permite financiar proyectos de infraestructura como el sistema de trenes rápidos, universidades, centros de investigación y aeropuertos.
Con una población disciplinada, dedicada al estudio, el trabajo y a objetivos nacionales; los derechos humanos no son prioritarios como en occidente. El autoritarismo del estado es la tónica a lo largo de toda la historia, dependiendo de la benevolencia de los emperadores o gobernantes. La disidencia política no es tolerada.
Esta estructura inédita en la política mundial, queda bajo reserva de que el Partido represente auténticamente el bien mutuo de la población; si no controla la corrupción y la negligencia, se puede abrir un proceso agitado al romperse el justo medio, que es el valor central de la filosofía china, evitando los extremos.
Existe una preocupación si se aleja del Tao de Lao Tse; alterando la armonía con la naturaleza y lucha por dominarla. El equilibrio social del Yin y Yang, que es el valor del balance entre fuerzas contrarias se pierde. El ser espiritual, se sustituye por el tener material y el consumismo. El ciclo de errores de occidente de dominio y humillación de la naturaleza, puede romper la armonía interna del país.
Correo: enrique.campang@gmail.com
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Pamela Oliva
ResponderEliminarPSPM
Siempre me ha interesado la cultura oriental, tal vez por el hecho de que es muy diferente a la mía. Las influencias sociales y políticas de cada país, darán lugar a su cultura; yo no conocía todo el proceso que atravesó China para convertirse en el país que es hoy. Todo gobierno busca, en cierta forma, un desarrollo económico, pero nunca pensé que podía tener las consecuencias que tuvo para China; hasta el medio ambiente se ve perjudicado, y mientras tanto hay que seguir viviendo. Por eso, me agradó mucho que la historia se relatara desde la perspectiva de una familia; esto añade un ambiente en el que todos podemos sentirnos idenfificados. El seguir adelante es un mensaje que experimentan todas las culturas, ya sea con la familia o por otros medios. Me impresiona también la disciplina y perfección con que manejan el orden en china; es algo que nuestra cultura, especialmente la latinoamericana, podría imitar. La idea de poseer un balance en la vida, o viéndolo desde un punto de vista mas occidental: la idea de poseer una vida ordenada y llena de paz, es algo a lo que todos han aspirado alguna vez; y eso nos une, sin importar la historia y desarrollo de nuestro país; al final todos deberíamos luchar por la misma causa (una forma de vida plena y coherente).
Andrea Alvarado
ResponderEliminarMe parece muy interesante la historia de China y el trasfondo cultural que influye significativamente de forma positiva en la actualidad, eso explica la razón de que el país haya tenido un significativo avance y desarrollo hasta el día de hoy. A China siempre se le ha visto desde la perspectiva occidental como un país totalmente diferente y antónima a la realidad que se vive de éste lado, sin embargo siempre se le ha reconocido que es un país rico en cultura, modales, valores, y avanzado en educación y economía, ahora podemos entender claramente que tal y como se dice en el blog " China tiene 5,000 años de historia, en 30 años o 100, los chinos no dejan de ser chinos, no importa quién sea el emperador", porque realmente el cambio y la diferencia de ese país se caracteriza por su gente y no por sus gobernantes, los chinos no van a cambiar su mentalidad después de tantos años de preservar un modelo y una cultura que los lleva a convivir en armonía con la sociedad. Sin embargo no se puede cortar a todos con la misma tijera, y en cuanto a los funcionarios y gobernantes del país la corrupción es un mal inevitable, pero me parece curiosa la forma en que se dice que están adoptando el modelo del confucianismo siendo un país comunista.
China es un país al que se puede tomar como modelo a seguir para el desarrollo de nuestros países tercermundistas, pero la clave del cambio no viene de los gobernantes, sino de la gente que conformamos el país.